Adaptación y Mitigación

Aunque adaptación y mitigación son estrategias complementarias para gestionar y reducir los impactos del cambio climático, estos términos tienen definiciones y enfoques diferentes:

  • Adaptación: se refiere a los ajustes en sistemas humanos o naturales como respuesta a estímulos climáticos proyectados o reales, o sus efectos, que pueden moderar el daño o aprovechar sus aspectos beneficiosos. La adaptación se refiere a los impactos del cambio climático.

  • Mitigación: intervención humana encaminada a reducir las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero y potenciar los sumideros de carbono. La mitigación se refiere a las causas del cambio climático.

Adaptación

Como ya se sabe, los países en vías de desarrollo son particularmente vulnerables al cambio climático, en parte, debido a su dependencia de los recursos naturales, pero también por la capacidad limitada en enfrentar estos impactos, ya que no es solamente un problema ambiental, sino que también afecta, directamente, a los sectores económicos y sociales. En este sentido, un plan de desarrollo que no incluya las consideraciones de los riesgos climáticos no va a poder hacer frente a esta problemática de forma efectiva e inclusive puede agravar la vulnerabilidad de los sistemas. Por ejemplo, un plan de ordenamiento territorial de una región costera que no considere el incremento del nivel del mar, pondrá a los ecosistemas, las personas, la industria, la infraestructura, etc., en riesgo e incrementará la insostenibilidad de los sistemas.

En este sentido, uno de los instrumentos que busca incrementar la adaptación es el Marco de Acción de Hyogo (Hyogo Framework on Disaster Risk Reduction). Este es un instrumento global de referencia para la implementación de la reducción del riesgo de desastres, adoptado por más de 160 países de los estados miembros de las Naciones Unidas en la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres. Este Marco tiene el objetivo de aumentar la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. Ha sido firmado y aprobado en 2005 en Japón con el fin de introducir en las políticas públicas, los conceptos de prevención y evaluación de riesgos. Aunque su enfoque es en la reducción de riesgos de desastres, tiene muchos propósitos en común con la adaptación, como por ejemplo reducir las vulnerabilidades, anticipar riesgos, resistir y recuperarse de un impacto.

A continuación, se mencionan algunas opciones y categorías de medidas:

Soportar pérdidas – Este caso podría ser comparado a la línea de base, es decir, sería el caso de no tomar ninguna medida y soportar las pérdidas. Se puede dar, por ejemplo, en casos de que no haya la capacidad para responder de otra forma, o porque los costos de adaptación son más altos que las potenciales pérdidas.

Compartir pérdidas – Este tipo de medida de adaptación considera compartir las pérdidas con una comunidad amplia, donde ésta puede ser desde el nivel comunitario hasta niveles más amplios y complejos. Por un lado, se pueden consolidar mecanismos para compartir las pérdidas de forma equilibrada entre diversas familias o a toda una comunidad y, por otro lado, se puede utilizar la estrategia de utilizar recursos públicos para preparar o recomponer el sistema. También se pueden utilizar seguros de diversas categorías.

Modificar la amenaza – Para algunos riesgos es posible ejercer un control de la amenaza ambiental directamente. Para un evento natural rápido, como una inundación, se lo puede controlar, por ejemplo, a través de una infraestructura como un dique o una barrera. En el caso del cambio climático, la reducción de la amenaza se podría dar a través de la mitigación, es decir, reducir la emisión de los gases de efecto invernadero.

Prevenir efectos – Esta medida es, frecuentemente, utilizada tanto para el cambio climático como para la variabilidad climática. Un ejemplo puede ser para el sector agrícola, donde se utiliza prácticas de irrigación en sitios afectados por la sequía.

Cambiar el uso – Se considera cambiar la actividad cuando el riesgo genera barreras económicas o de desarrollo que no pueden ser superadas. Por ejemplo, se podría sustituir el tipo de cultivo en una región en el caso de que las condiciones ya no sea adecuadas, o inclusive cambiar el uso del suelo para pastoreo, recreación, áreas protegidas, etc.

Cambiar la ubicación – Esta es una respuesta más extrema, pero puede ser necesaria en el caso de que se dé una condición adversa muy significativa en una determinada región. Un área de cultivo por ejemplo podría tener que cambiarse desde un área muy seca y cálida para una más húmeda y fresca.

Investigación – Los procesos de adaptación también pueden ser mejorados a través de la investigación sobre nuevas tecnologías y nuevas formas de utilizar los recursos.

Incentivar cambios comportamentales a través de educación, información y regulación – Una estrategia que es bastante efectiva y ayuda, de forma general, es la diseminación del conocimiento a través de campañas públicas que incentivan a los cambios comportamentales. Estas actividades han sido poco reconocidas y tuvieron baja prioridad en el pasado, pero están ganando importancia debido a su efecto multiplicador.

Entre todos los actores que tendrán que adaptarse al cambio climático, se destaca el rol del gobierno y de las instituciones públicas, pues estos son los que proveen los servicios, hacen las regulaciones y son responsables por monitorear el clima.

Por lo tanto, para hacer efectiva la adaptación se recomienda una secuencia de procesos: 

  • Identificar las necesidades de adaptación
  • Identificar opciones de adaptación
  • Evaluar las opciones de adaptación
  • Planear e implementar las acciones de adaptación
  • Monitorear y evaluar las medidas de adaptación en andamiento

Mitigación

Más allá de la adaptación que busca adecuarse en cuanto a los cambios en los sistemas, está la mitigación, que sería el componente clave para reducir el cambio climático de forma efectiva ya que busca reducir las emisiones de GEI. Los resultados globales publicados por el Banco Mundial indican que en 2014 los países que más CO2 emitieron  fueron China, seguidos de Estados Unidos e India.

Sin embargo, en cuanto a la mitigación es necesario tener en cuenta que se deben incrementar la formulación e implementación de programas que contienen medidas para cambio climático. Dichos programas tienen como objetivo las actividades económicas y la finalidad de que puedan incentivar acciones más limpias o que no resulten en grandes cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero. Éstos incluyen políticas y programas de inversión que abarcan todos los sectores, pero principalmente generación y uso de energía, transporte, construcción, industria, uso del suelo y gestión de residuos. En este sentido, las medidas de mitigación pueden ser ejemplificadas como el incremento de energía renovable, inclusión de nuevas tecnologías (como por ejemplo carros eléctricos), cambios comportamentales, etc. Además, otras medidas como expandir bosques y plantaciones, pueden contribuir para retirar el CO2 de la atmósfera.